miércoles, 6 de abril de 2011

No Más Excusas, ¡Solo Hazlo!

Acepta que lo has llegado a hacer, que has llegado a postergar algo para mañana (y tal vez muchas mañanas) cuando hubiera sido mejor haberlo hecho antes. Damos excusas y tratamos de racionalizar,  ¿por qué no lo hacemos? Decimos cosas como: ¿Será que estoy muy cansado?, “Esperaré a que de repente me llegue el momento de inspiración”. Todos hemos demorado en algún momento, pero algunos lo hacen con más frecuencia y en mayor medida que otros. Hay una diferencia entre posponer en ciertas ocasiones y ser un posponedor habitual. También hay una diferencia entre tomar un poco más de lo necesario para acabar algo a ponerlo tan lejos hasta el punto de que es difícil de hacer. A veces las consecuencias de posponer no son tan evidentes, pero en otras ocasiones nos meten en problemas. Cuando el posponer comienza a ser una parte de la rutina normal, casi siempre va a tener consecuencias y  lamentablemente, tienden a crecer con el paso del tiempo y las tareas se acumulan.
Cuando la posposición comienza a atraparnos, ¿Qué es lo debemos de hacer? Obviamente, al principio no es tan fácil como parece, pero tampoco es tan difícil como parece en ese momento.  Hay algunos patrones de respuesta que podrían ser los culpables y cambiarlos podría ser la solución. Uno es la racionalización, el "yo no puedo hacerlo hoy, porque..." o "será mejor que lo haga mañana, porque..." o "será mejor mañana,  cuando x pase". Con estas actitudes negativas se puede llegar a creer realmente que "no puedo hacerlo" o es "demasiado" que hacer. Sin embargo, si no empezamos poco a poco una tarea o trabajo, no estaremos previniendo y estaremos haciendo cada vez  la tarea menos manejable y es probable que la hagamos más difícil cuando otras tareas se añadan a la lista. También existe la opción de tomar decisiones basadas sólo en lo que me hace  sentir bien en ese momento  y es el “no hacer la tarea”. Irracionalmente, esto provoca el no considerar si nos vamos a  sentir  mejor en el largo plazo y también la creencia irracional de que el trabajo se hará sólo y por  arte de magia.
¿Qué se puede hacer para superar estas barreras para lograr el éxito y el bienestar? Para empezar, hacer conciencia de la propia desidia. Reconocer qué está sucediendo cuando está sucediendo. Pensar  en las posibles consecuencias de postergar y si realmente vale la pena.  Entonces con la motivación de cambiar, lograrás  la tarea en sí. Posteriormente, piensa en las cosas inútiles que te dices para postergar. Cuestiónate: ¿Existen algunas fallas en la lógica? ¿Son consistentes con mi realidad conocida? ¿Es útil pensar de esa manera? Y así, ¿Qué tiene más sentido para ti? ¿Qué te ayudará a alejarte de las consecuencias negativas y lograr tus metas? Lo más probable, será renunciar a la excusas, frente a la tarea de  abandonar el hedonismo (placer) a corto plazo... y ¡sólo  hacerlo! Por último, reconocer y reforzar tus logros y trabajar para superar la posposición y completar la tarea, ¿ no es acaso un logro en sí mismo, después de todo?