miércoles, 5 de diciembre de 2012

Evito o Me Expongo


Muchos psicólogos coinciden en que la evitación puede ser cognitivo (mental) o de comportamiento y es un factor de riesgo para una variedad de trastornos de ansiedad y depresión cuando la evitación es irracional, angustiante o interfiere significativamente con las actividades de la vida diaria. Por ejemplo, en el trastorno de ansiedad generalizada, las personas a menudo tratan de evadir su propio proceso de preocupón, mientras que en los trastornos de ansiedad social, las personas suelen evitar las situaciones sociales en las que puedan ser evaluados. En el trastorno de estrés post-traumático, las personas suelen evitar las señales que les recuerden el trauma. Existen diversas estrategias conductuales contra evitación que van desde decirse a uno mismo “Alto deja de pensar”  y jalar una banda elástica colocada en la muñeca, hasta permanecer en casa durante períodos de tiempo prolongados. Los intentos contra la evitación como son la distracción, a menudo son exitosos en el corto plazo, ya que proporcionan un alivio temporal de la ansiedad, pero en el largo plazo, estas estrategias pueden evitar que las personas alcancen sus metas y pueden contribuir a la tristeza y a la depresión. La investigación ha demostrado que el intento de evitar pensamientos o detener el pensamiento, en realidad se traduce en una mayor frecuencia de esa idea. Del mismo modo, los estudios han encontrado que privarse de alimentos, como en el caso de una dieta restrictiva, resulta en una sobre preocupación por la comida y, en algunos casos, en atracones de comida.
Es importante señalar que no todo tipo de evitación es angustiosa o interfiere significativamente con las actividades de la vida diaria. Por ejemplo, hay  listas de cientos de fobias miedos extremos, irracionales y evitación de objetos o situaciones concretas, como  el temor de los palillos, o el temor al número 13, que se pueden evitar con un mínimo de angustia y deterioro, a menos que los individuos fóbicos deseen seguir carreras  alrededor de los palillos o del número 13. Mientras que estos temores son claramente irracionales, los individuos con ellos aún pueden perseguir objetivos a largo plazo y organizar su vida de tal manera que la exposición a su objeto o situación temidos no se produce y la evasión no es un problema.
Cuando las estrategias de evitación son irracionales y afectan el funcionamiento en varios aspectos de la vida, obstaculizando el progreso de dichas metas a largo plazo, los psicoterapeutas suelen animar a sus pacientes a exponerse al objeto o situación temida. Los estudios han encontrado que las estrategias de exposición son superiores a otras formas de tratamiento para los síntomas de ansiedad y trastornos, sin embargo, se sabe menos acerca de la eficacia de la exposición en la depresión por lo que hay que tener cuidado con estas estrategias. 
A los individuos con trastorno de ansiedad generalizada se les anima a exponerse a su propio proceso de preocupación. Las personas con Trastorno de Ansiedad Social se les anima a exponerse a situaciones sociales en las que la evaluación es probable, a las personas con trastorno de estrés postraumático se les puede pedir que escriban sobre su trauma o participen en un escenario de realidad virtual similar a la asociada con el trauma (por ejemplo, el combate).
El mecanismo detrás de la exposición que ayuda en el alivio a largo plazo de angustia y deterioro se está aprendiendo. Debido a que las estrategias de evitación, refuerzan o fortalecen la percepción de que "algo verdaderamente terrible pasará si entro en contacto con mi objeto o situación temida", la exposición les enseña a los individuos lo contrario: que nada realmente terrible va a suceder al entrar en contacto con el objeto temido o situación. El contacto con el objeto o situación temida probablemente será difícil e incómodo al principio, pero nadie se ha muerto por ello.

miércoles, 5 de septiembre de 2012

Cometer errores


A las nuevas generaciones se les está educando con la creencia de que pueden lograr cualquier cosa. Aunque tal vez seamos capaces de tener grandes logros si nos esforzamos en ello, nosotros como las cosas que hacemos, no somos perfectos.
"La perfección" es un tema frecuente en toda nuestra cultura occidental. Creemos que una persona perfecta nunca comete errores, que siempre sabe la respuesta correcta. Cuando nos quedamos cortos con esta meta autoimpuesta nos volvemos muy duros con nosotros mismos. Muchos evitan situaciones, están plagados de ansiedad, por temor a ser vistos como imperfectos. Se quedan paralizados por el miedo al fracaso, consumidos por las preocupaciones de lo terrible que sería si otros vieran sus defectos.
Otros creen que la perfección es una moneda que mide el valor. Otros más, la pasan muy mal y viven con dolor por no ser perfectos, tienen cualquier número de  vicios disponibles para adormecer u ocultar sus sentimientos de imperfección.
Reforzar nuestra autoconfianza  nos ayuda a sentirnos bien acerca de la perfección y estaremos menos preocupados  por la incapacidad para alcanzarla.
Pero, en lugar de preocuparnos por entender qué es la perfección y cómo saber realmente si la hemos alcanzado, ¿No podríamos mejor intentar hacer un poco mejor las cosas, como ser mejores amigos, amantes, empleados o inclusive hasta mejores terapeutas o clientes? 
Sin errores, estaríamos viviendo en un mundo utópico y la perfección no tendría ningún sentido ya que sería nuestra única alternativa. Necesitamos de las bajas para apreciar las altas. Los errores son parte de la naturaleza y es a través de los errores que hemos cometido los que nos muestran cómo hacerlo mejor la próxima vez.
Nuestra exigencia de perfección hace más difícil que los errores que cometemos los aceptemos, comprendamos y conciliemos. Es importante aceptar que todos cometemos errores y tú no eres perfecto ni eres las excepción. Aprenderás de tus errores y te recuperarás a pasar de ellos. Aceptando esto, estás preparado para los fracasos.
Si te enfrentas a un error, identifica que sucedió, reconócelo y dale su lugar en el esquema del universo, entiende que también tú puedes tener éxito a pesar de tus fracasos, atrévete a enfrentarlos y a manejarlos; así te recuperarás más rápido de ellos y, finalmente, tal vez cometas menos errores, mejorando tu promedio de intentos y no permitas que tus fracasos disminuyan tu energía.

miércoles, 6 de junio de 2012

AMA A LA PERSONA CON QUIEN TE ENCUENTRAS






Si  estás casado (a) o en una relación, sabrás entonces que a veces "La relación es complicada". Por supuesto que algunas  parejas son realmente felices. ¡Excelente, Felicidades!; sin embargo, muchos luchan con todas sus fuerzas en sus relaciones, al igual que muchos de los clientes que se ven en terapia.



Todos estamos de acuerdo que incluso las mejores relaciones son difíciles de vez en cuando, y para ser feliz y para permanecer feliz en el largo plazo se requiere de mucho trabajo. El éxito de las relaciones es aprender a comunicarse, tener paciencia, ser flexibles, comprometerse y también en ciertos momentos sacrificarse. Les comparto una cosa que se nota con frecuencia entre muchas de las parejas que están pasando por un momento difícil:

Casi siempre, en la primera sesión, uno de los miembros de la pareja expresa algo así como:

 "No soporto que mi pareja haga o diga “x”. Me vuelve loco(a)". Se enojan si su pareja los critica varias veces por algunos de sus comportamientos, a pesar de que la pareja ha estado criticando ese mismo comportamiento durante toda una década, o se enfadan cuando su pareja no cambia algunos de sus comportamientos de mal gusto y que lo continúan haciendo desde el inicio de la relación.

Como ejercicio, vamos a identificar algunos de los pensamientos irracionales que aparecen:

1. Mi pareja debe ser perfecta (o al menos más perfecta de lo que es).

2. Me debe escuchar cuando le estoy señalando algo.

3. Debe comportarse de manera diferente en esta ocasión, a pesar de que, de acuerdo a su comportamiento anterior, es casi seguro que no lo hará.

4. Si mi pareja se comporta de cierta manera o dice ciertas cosas, no lo puedo soportar y es horrible.

Este tipo de pensamientos pone a los miembros de la pareja descontentos y enojados y muy frecuentemente están cargados de exigencias y de un montón de "deberías de", demandas y declaraciones de que es el otro quien tiene la culpa y como consecuencia, existe decepción y resentimiento. ¿Pero cuál es la alternativa? Después de todo, a todos nos gustaría que aquellos a los que hemos elegido como pareja en la vida, cumplan con este ideal. Lo recomendable cuando se está bajo estas circunstancias es tomar en cuenta lo siguiente:

Nadie elige como pareja a un ser perfecto y probablemente nunca lo será. Así que en lugar de exigirle, podrías aceptar a la persona que está contigo, a pesar de sus imperfecciones y peculiaridades. Seguro va a hacer cosas que pueden ser molestas pero puedes manejar la situación. Céntrate mejor en las razones positivas por las que elegiste a tu pareja y no únicamente en las negativas.

miércoles, 16 de mayo de 2012

VENCIENDO LA DEPRESION



Un rasgo distintivo de sentirse deprimido es el tener poca energía. Al igual que los osos hibernan en el invierno para gastar la menor energía posible durante las épocas de escasez de recursos, caminamos  a través de una depresiva "hibernación" para que podamos conservar nuestra propia energía en los tiempos difíciles. De hecho,literalmente esto les llega a ocurrir a las personas cuando sufren de depresión  durante el invierno. Esto se convierte en un problema cuando nuestros esfuerzos por conservar la energía en el corto plazo,  causan más daño en el largo plazo.
Un ejemplo clásico es la persona que come mucho (o viceversa) cuando algo va mal. La comida sabe bien y puede ser una fuente de consuelo en el corto plazo. Sin embargo, si varias cosas van mal, esta persona puede recurrir a la comida con bastante frecuencia y puede llegar a tener sobrepeso o aumentar sus problemas de salud. Dichos problemas se convierten en nuevos problemas que conducen a una mayor depresión, como consecuencia, comen en exceso, y así sucesivamente.
Otro ejemplo es cuando una persona se aisla cuando se siente deprimida. Si se siente deprimida rara vez sale, llevándole a tener menos interacciones con sus amigos u otras formas de apoyo social, disminuyendo su potencial de tener experiencias gratificantes. Esto, a su vez, dará lugar a una mayor depresión, se aislará más, y tendrá mucho menos interacción social.
En ambos ejemplos, la persona opta por ganancias a corto plazo sobre las que tienen mayor energía y que obtienen mayores ganancias en el largo plazo. 
Con el fin de romper el ciclo depresivo, es importante en primer lugar ante un posible cuadro depresivo, preguntarse, "¿Qué haría yo si no estuviera deprimido?"
La toma de decisiones se basa cuando se identifica un bajo consumo de energía y el miedo centrado en el corto plazo y no en  lo que sería mejor para uno en el largo plazo. En segundo lugar, una vez que te das cuenta que la mejor opción para ti está en el largo plazo, lucha contra el deseo de hacer simplemente lo que es más fácil ahora. No actúes sobre la idea de que "me siento tan mal ahora mismo que no puedo soportar hacer cualquier otra cosa”. ¡Puedes resistir el impulso! Lo has hecho antes y no han muerto todavía ni has explotado. Deja de actuar sobre la base de tu depresión y lucha contra ella. Has lo mejor para ti y no lo que es mejor para tus emociones.

viernes, 3 de febrero de 2012

Ironías de la Vida


Se ha notado últimamente mucha ironía dentro de los trastornos. Aparentemente, para evitar la sensación de ansiedad o depresión tendemos a comportarnos de maneras que según nosotros disminuyen temporalmente la sensación de malestar, aunque por hacerlo, éstas se exacerban en el largo plazo.

La más notable es la fobia social. Las personas que temen a situaciones sociales se preocupan demasiado si son torpes, rechazados o quedarse solos. Por lo tanto, se retiran situaciones sociales con el fin de evitar la preocupación que surge de la potencial aparición del rechazo a tal situación. Sin embargo, al hacerlo, terminan solos, además, aumentan sus posibilidades de ser torpes, ya que evitan la oportunidad de practicar “siendo sociales”.

Otra ironía proviene de ciertos  tipos de depresión. Se ha  visto una y otra vez que  las personas que se sienten deprimidas no llevan a cabo actividades potencialmente gratificantes porque se "sienten demasiado deprimidas." El ejercicio constante ha demostrado tener efectos significativamente positivos sobre la salud mental; sin embargo sucede constantemente que no se ejercitan porque se sienten deprimidos. Del mismo modo sucede que no comen sanamente porque están disgustados, por lo tanto se sienten  deprimidos por no estar saludables.

Por último, ¿cuántas veces le  has gritado a alguien que amas cuando estás enojado, molesto o no eres feliz? ¿Crees que gritando te va a ayudar  a sentirte más feliz? Esto es una locura, pero todos hemos estado enojados con otros por no pensar como creemos que deberían; sin embargo, no se ha  visto que esto contribuya realmente a crear un ambiente positivo.

Parece importante saber cómo estos comportamientos irónicos en los que nos involucramos nos llegan a lastimar. Los creamos para evitar la angustia emocional, sin embargo provocamos un mayor costo emocional, perdiendo de vista nuestros valores reales. Observa las ironías de tu vida para que te ayuden  a motivarte y  puedas parar ese ciclo contraproducente.


martes, 10 de enero de 2012

Feliz año a todos!!!!

Rompe el Hábito de Tomar Malas Decisiones

¿Con qué frecuencia nos involucramos en comportamientos que no son saludables para nosotros, aunque sabemos que lo son? ¿Por qué bebemos demasiado cuando convivimos socialmente? ¿Comemos alimentos que son malos para nosotros, aunque sabemos que no deberíamos  de hacerlo? ¿Participamos en encuentros fugaces, encuentros sexuales que nos dejan una sensación de vacío a la mañana siguiente?

 [Inserta tu propio patrón de comportamiento aquí].

Por supuesto que  para algunas personas, no ven este tipo de conductas como un  problema por sí mismos. Y a esas personas les digo  ¡A disfrutar!


Para muchos, sin embargo, algunas de sus conductas poco saludables en las  que participan son egodistónicas, es decir, no están en concordancia con sus valores o su propia imagen. Estos sentimientos generan comportamientos de culpa, vergüenza o ira. Y, sin embargo, extrañamente, a pesar de la emoción negativa asociada, siguen participando en ellas una y otra vez.

Somos seres muy complejos, y hay capas a las que tenemos que llegar e ir a la  raíz de por qué nos involucramos y tenemos comportamientos  egodistónicos. Aquí hay un elemento que a menudo se trata de explorar en la práctica clínica cuando se trabaja con clientes que luchan en este campo. Bob Dylan cantó una vez, "Puede ser el diablo o puede ser el Señor, pero vas a tener que servir a alguien". La investigación indica que los seres humanos tienen una gran necesidad de autonomía (libertad para elegir la dirección de su vida), la afiliación (conexión real), y de injerencia (de manera significativa afectar el medio ambiente / contexto). Cuando a falta de conexiones significativas con los demás, nos sentimos atrapados o despojado de la libertad para vivir de forma independiente, cuando no estamos participando en actividades productivas, no estamos orientados a objetivos o conductas que puedan tener algún impacto en el mundo que nos rodea, puede haber una profunda sensación de vacío, inutilidad, o de deficiencia. Ahí es donde entra en juego el señor Dylan

A menudo, ni siquiera somos conscientes de nuestras más profundas necesidades aunque toman sentido  cuando están insatisfechas siendo una poderosa motivación para la acción. Actuamos para llenar esas sensaciones de carencia. Puede ser el diablo o puede ser el Señor. A menudo, la ayuda no saludable implica comportamientos que son más accesibles para aplacar esos sentimientos de carencia y requieren por supuesto de menos esfuerzo, proporcionando una solución poderosa, rápida en comparación con el significativo esfuerzo y compromiso serio para desarrollar nuevos modelos de comportamientos saludables y relaciones significativas.


Moraleja de la historia: Si uno se encuentra atrapado en un patrón de conductas egodistónicas que nos dejan sentimientos de culpa, vergüenza, pesar o enojo, se puede intentar la siguiente fórmula. En primer lugar, no empeorar las cosas  y ser presa de la solución “curita”. Aceptar, además, que el buscar “curitas” también es de humanos. En segundo lugar,  examinar si nos sentimos insatisfechos en términos de autonomía o de pertenencia a un grupo. Por último, pensar más sobre nuestro comportamiento egosintónico y buscar otras formas de satisfacer nuestras  necesidades innatas, así como tener comportamientos que mejoren nuestro sentido del yo para alcanzar nuestros ideales y los valores que elegimos para que nos dejen con un sentimiento de orgullo y amor propio a la mañana siguiente.